Mi nombre es Núria Baldrich Mora. Soy coach organizacional, facilitadora de equipos y formadora. Y desde un punto de vista más informal me defino como una alquimista con propósito, tejedora de redes colaborativas y traductora de la esfera sutil.
Ayudo a empresas y organizaciones a construir un futuro prometedor. Lo hago creando espacios de trabajo estimulantemente generativos donde la creatividad y el poder colectivo impulsa los proyectos a un nuevo nivel. Los procesos y metodologías que diseño permiten aprovechar la inteligencia colectiva al servicio de propósitos elevados, para alcanzar resultados más allá de lo imaginable hoy.
Mi promesa de valor está aliñada con una abundante creatividad para diseñar un proceso que combina distensión y productividad, y que es único y exclusivo para cada intervención.
Las agrupaciones a que ya he ayudado han podido experimentar formas de trabajo originales, estimulantes y efectivas. El método que uso aporta como beneficios una mayor agilidad y productividad; resultados más creativos y con valor añadido; y más motivación, satisfacción y compromiso.
¿Hablamos?
Núria Baldrich Mora
CLIENTES
TESTIMONIOS
“Sus conocimientos en gestión emocional, procesos de cambio y nuevas formas emergentes de evolución desde el enfoque sistémico, son una fuente de aprendizaje e inspiración para el grupo.»
«De ella me llama la atención muy especialmente su cuidado por los detalles, por ejemplo, creaando espacios de trabajo acogedores, transparentes y conectados pero también eficientes. Su sentido común esta fuera de lo común».
“Tengo que decir que gracias a este taller he adquirido herramientas para desbloquear situaciones y que, a medida que las vayamos integrando nos ayudarán a mejorar la relación…”
“Con su gran trabajo contribuyo a la cohesión, la integración de los diferentes colectivos y consiguió un alto compromiso de la ciudadanía con su propio barrio.”
Mi nombre es Núria Baldrich i Mora. Soy coach organizacional, facilitadora de equipos y speaker. Y desde un punto de vista más informal me defino como una alquimista con propósito, tejedora de redes colaborativas y traductora de la esfera sutil. Mi misión es la de contribuir a crear formas organizativas radicalmente humanas, que sean más inteligentes, adaptativas y capaces de aprovechar mejor las oportunidades, a la vez que contribuyen positivamente a la sociedad.
Y todo ello empezó desde muy joven. Desde siempre me ha interesado la dimensión colectiva y la manera en que, como sociedades y como organizaciones, nos articulamos al servicio de los propósitos compartidos. Y digo siempre, aun entendiendo que es un término absolutista, más que nada porqué, aunque a lo largo de mi trayectoria se ha podido expresar en distintas formas a partir de la evolución de mis comprensiones, ha sido una constante en mi vida, por lo que soy incapaz de alcanzar un momento en que se iniciara.
Este sentir tan vivido me ha llevado a participar en mi trayectoria vital en múltiples experiencias centradas en contribuir al bien común. Y, con ello, en mi rica trayectoria al respecto, he podido observar en múltiples ocasiones como, incluso a pesar de formar parte de espacios dónde las personas participantes estaban cargadas de buenas intenciones, en ocasiones, mi experiencia interna (y externa) era de formas de trabajo poco efectivas, con reuniones poco productivas, debido a la falta de estructura y a la misma gestión de los espacios de trabajo. Asimismo, en ocasiones, con un clima y calidad relacional que, más que apoyar a la consecución de objetivos, obstaculizaban el avance conjunto: sintiéndose malestar en las personas y tensiones entre integrantes del equipo. Todo ello suponía, a nivel tangible, unos resultados muy por debajo del potencial existente o, incluso, muchas ideas que se quedaban en nada.
A pesar de ello, mi convicción se ha mantenido intacta. Mi convicción sentida es que los retos colectivos se deben afrontar colectivamente, que juntos podemos llegar mucho más lejos de lo imaginable, y que con estrategias individuales de supervivencia perdemos tod@s. Así que, lejos de desanimarme por ello, y más allá de todo el aprendizaje acumulado desde la experiencia hasta el momento, empecé a investigar incansablemente y a formarme en los enfoques más punteros para revertir la situación. En concreto, mi aprendizaje en este campo, tanto académico como empírico, se ha centrado en paradigmas y metodologías específicas para el trabajo colaborativo y el aprovechamiento de la inteligencia colectiva, pero, también, por mi sensibilidad en el nivel de observación más sistémico de lo organizacional, en la educación de mi mirada respecto a los aspectos más profundos que subyacen detrás de la realidad consensuada que vemos a nivel tangible.
A su vez, con todo lo que iba aprendiendo, lo implementaba en los grupos de los que formaba parte y en los proyectos colectivos que impulsaba a nivel profesional. Con ello, los procesos que gestionaba conseguían resultados a un siguiente nivel y experimenté, en propia piel y como no había vivido antes, que significa eso que es tan fácil de escribir en los documentos y más difícil de conocer a nivel de experiencia viva: el empoderamiento colectivo. Asimismo, iba corroborando como la evidencia a nivel de resultados actuaba como fuerza motriz para continuar trabajando junt@s y desde mayores cotas de entusiasmo y compromiso: en el progreso hay felicidad y crecimiento personal y profesional de las personas involucradas en los proyectos.
En este contexto, mi mirada apreciativa respecto al valor que era capaz (o, más bien dicho, éramos capaces) de crear, junto con mi anhelo de contribuir que siempre me ha acompañado, se tradujeron en un proyecto empresarial: MIRADES, facilitació de grups. Un proyecto que hace que cada día me levante con hambre de dar más y más valor al mundo y de seguir creciendo en el camino.
A través de este proyecto, aporto mi experiencia forjada durante los últimos 20 años, en los que he impulsado numerosos procesos de inteligencia colectiva, ayudando a numerosos entornos y organizaciones privadas y públicas en procesos de reflexión-acción colectiva y de empoderamiento, a partir de implementar sistemas y metodologías inclusivas a nivel de equipo humano, participativas en los procesos, y eficaces respecto a los resultados.
Igualmente, con el objetivo de amplificar el impacto de lo que tengo para el mundo, en los últimos tiempos me decidí a crear un método único, el método alKimia, y a plasmarlo con más amplitud en dos programas de alto valor, el Programa ubuntuKracia y el Programa alKimia. Ambos programas están diseñados para entrenar a otras personas en desarrollar un liderazgo Activador de la Inteligencia Colectiva (AIC), para dejar de perder el tiempo, el dinero y el bienestar con sistemas obsoletos que no comprometen a las personas y que no aprovechan la inteligencia ni el potencial creativo presente en una organización dada.
Y, bueno, sigo aprendiendo y comprometida con mi visión, en este proceso evolutivo llamado vida, para poder dar más y más, sobre todo desde el ser ejemplo, aportando mi granito de arena para un mundo mejor. Esto es lo que me mueve, este es mi camino.